Estamos viviendo en
medio de los tiempos profetizados por nuestro Señor Jesucristo en los que la ausencia
del amor al prójimo y la maldad se han multiplicado en gran manera.
Dice nuestro Señor
Jesucristo:
“Por haberse multiplicado la maldad, el amor de muchos se enfriará.”
Mateo 24:12
Estamos viviendo así
como en los días de Noé, cuando el continuo pensamiento del ser humano era de
continuo al mal...
“Y vio Jehová
que la maldad de los hombres era mucha en la tierra, y que todo designio de los
pensamientos del corazón de ellos era de continuo solamente el mal”.
Génesis 6:5
“Y se
corrompió la tierra delante de Dios, y estaba la tierra llena de violencia.”
Génesis 6:11
Es justamente la radiografía
de cada una de nuestras sociedades a lo largo de todo el mundo. Estaría de más
demostrarlo, pues lo estamos viendo.
Nosotros como
cristianos hemos de estar conscientes que las cosas no están bien y que por lo
tanto nuestro protagonismo en medio de este mundo oscuro es urgente. Es nuestro
deber preservar de la maldad el entorno que nos rodea y alumbrar las tinieblas que nos circundan. Al respecto
nuestro Señor Jesucristo nos dice:
“Vosotros
sois la sal de la tierra; pero si la sal se desvaneciere, ¿con qué será salada?
No sirve más para nada, sino para ser echada fuera y hollada por los hombres.
Vosotros sois
la luz del mundo; una ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder. Ni
se enciende una luz y se pone debajo de un almud, sino sobre el candelero, y
alumbra a todos los que están en casa.
Así alumbre
vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y
glorifiquen a vuestro Padre que están los cielos.”
Mateo 5:13-16
Pero...
¿En realidad estamos
preservando nuestro entorno de la maldad y estamos alumbrando como nos
corresponde?
He aquí cuatro actitudes que hemos de tener en cuenta en
estos tiempos tan difíciles que estamos atravesando.
Veamos cada una de
ellas:
Cultivar nuestra vida espiritual por medio de la oración y la reflexión bíblica.
Apegar nuestro estilo de vida a los principios cristianos, con el propósito
de ser punto de referencia para los demás.
Proponerse cada día en transmitir la Palabra de Dios por medio de los
recursos que tenemos a nuestro alcance.
Obrar a favor del prójimo anteponiendo nuestros intereses personales.
Si siendo cristianos no
tenemos en cuenta estos 4 principios, no estamos en nada. Estamos desperdiciando
nuestra vida y recursos en medio de un mundo que cada vez se pudre más en la
maldad...
Por medio de esta reflexión,
Dios te está dando la oportunidad para que reorientes tu vida de acuerdo al
propósito por el cual te ha creado...
José Alfredo Liévano
Twitter. @JAlfredoLievano
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