Tu vida necesita estar
cimentada en el único fundamento autorizado por Dios: Jesucristo.
“Porque nadie
puede poner otro fundamento que el que está puesto, el cual es Jesucristo.”
1 corintios 3:11
¿En qué consiste este fundamento?
Consiste en la obra de redención
que nuestro Señor Jesucristo hizo en favor de toda la humanidad. El centro del mensaje bíblico es el
evangelio.
Desde el Antiguo
Testamento este mensaje se vino preanunciando de diferentes formas hasta que
Cristo lo consumó con su único y perfecto sacrificio en la cruz.
Es cuando creemos y
aceptamos el mensaje del Evangelio para nuestras vidas, cuando nos
fundamentamos en Dios.
Cuando el apóstol Pablo le escribe a los corintios les dice:
“Además os
declaro, hermanos, el evangelio que os he predicado, el cual también
recibisteis, en el cual también perseveráis; por el cual asimismo, si retenéis la palabra que os he predicado,
sois salvos, si no creísteis en vano.”
1 Corintios 15:1-2
No existe otra doctrina
o práctica que nos lleve al cielo. Es la doctrina que claramente se enseña en
las cartas apostólicas del Nuevo Testamento. El apóstol Pablo insistía una y
otra vez al decirlo. Veamos la exhortación que le dirigió a la iglesia de
Galacia.
“Estoy maravillado
de que tan pronto os hayáis alejado del que os llamó por la gracia de Cristo,
para seguir un evangelio diferente. No que haya otro, sino que hay algunos que
os perturban y quieren pervertir el evangelio de Cristo. Mas si aun nosotros, o un ángel del cielo, os anunciare otro evangelio
diferente del que os hemos anunciado, sea anatema. Como antes hemos dicho,
también ahora lo repito: Si alguno os predica diferente evangelio del que
habéis recibido, sea anatema.”
Gálatas 1:6-9
¿Cómo crecer a partir de este fundamento?
Es a partir de este fundamento que nuestra vida debe ser edificada. Necesitamos crecer a partir
de él. Lógicamente que el crecimiento lo produce el Espíritu Santo, pero es
necesario crear las condiciones adecuadas para que su acción sea efectiva en
nosotros.
He aquí 5 actitudes que hemos de tener en cuenta a lo largo de nuestra
vida cristiana para edificarnos a partir de este fundamento:
Vida de oración.
La vida de oración es básica
para todo cristiano. Es la forma como nos fortalecemos en Dios para enfrentar
las tentaciones y pruebas. Además para tomar decisiones de vital importancia y
proceder conforme a ellas. Nuestro Señor Jesucristo nos dice:
“Velad y
orad, para que no entréis en tentación; el espíritu a la verdad está dispuesto,
pero la carne es débil.”
Mateo 26:42
Reflexión bíblica.
Es importante
reflexionar siempre en los principios doctrinales dados por nuestro Señor
Jesucristo; así como también en los principios éticos y morales revelados en su
Palabra. Al reflexionar en la Palabra de Dios estamos orientando nuestros pasos
por la senda establecida por Dios. La Biblia
es la única regla de fe y conducta bajo la cual hemos de regirnos. No existe
otra “revelación” autorizada por Dios.
“Lámpara es a mis pies tu palabra, y lumbrera a mi camino.”
Salmo 119: 105
Obediencia.
Es necesario llevar a
la práctica lo reflexionado en la Palabra para que nuestra fe produzca los
frutos esperados. Una fe genuina en Cristo nos impulsará la obediencia espontánea.
Necesitamos reflejar los frutos de
nuestra fe por medio de la obediencia.
“Pero sed
hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores, engañándoos a vosotros
mismos.”
Santiago 1:22
Reflejar con tu testimonio de obediencia lo que has
reflexionado y creído.
Este punto está íntimamente
relacionado con la actitud anterior. La obediencia espontanea a la Palabra de
Dios te impulsa a iluminar el entorno que te rodea. Tu testimonio de vida llega
incluso a ser una motivación a los demás a creer en Cristo.
“Así alumbre
vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y
glorifiquen a vuestro Padre que están los cielos.”
Mateo 5:16
Enseñar a otros lo aprendido y reflexionado en la Palabra de
Dios.
Se trata de hacer discípulos
de Cristo, para que éstos a su vez continúen con la labor encomendada.
Para esta tarea NO es necesario disponer de un salón de
clases, un pizarrón o el púlpito de una iglesia. Solo basta compartir con otros
la única verdad que está revelada en la Biblia.
Mira la recomendación que
el apóstol Pablo le hace a su discípulo Timoteo.
“Entre tanto
que voy, ocúpate en la lectura, la exhortación y la ENSEÑANZA.”
1 Timoteo 4:13.
“Por tanto,
id, y haced discípulos a todas las
naciones... enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he
aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén.”
Mateo 28:19-20
Vivimos en un mundo que
abiertamente rechaza la UNICA VERDAD y acepta “verdades” creadas por hombres
que a la vez se contradicen con la revelación bíblica. Un mundo que ha desechado a Cristo como la única Roca en la cual se
debe edificar la vida.
Es nuestro deber
fundamentarnos y edificarnos EN el Evangelio de Cristo para que desempeñemos
con fidelidad la obra que nos ha sido encomendada.
José Alfredo Liévano
Twitter. @JAlfredoLievano
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