lunes, 27 de octubre de 2014

JESUCRISTO: EL UNICO FUNDAMENTO.

Tu vida necesita estar cimentada en el único fundamento autorizado por Dios: Jesucristo.

“Porque nadie puede poner otro fundamento que el que está puesto, el cual es Jesucristo.”
1 corintios 3:11


¿En qué consiste este fundamento?

Consiste en la obra de redención que nuestro Señor Jesucristo hizo en favor de toda la humanidad. El centro del mensaje bíblico es el evangelio.
Desde el Antiguo Testamento este mensaje se vino preanunciando de diferentes formas hasta que Cristo lo consumó con su único y perfecto sacrificio en la cruz.
Es cuando creemos y aceptamos el mensaje del Evangelio para nuestras vidas, cuando nos fundamentamos en Dios.

Cuando el apóstol Pablo le escribe a los corintios les dice:

“Además os declaro, hermanos, el evangelio que os he predicado, el cual también recibisteis, en el cual también perseveráis; por el cual asimismo, si retenéis la palabra que os he predicado, sois salvos, si no creísteis en vano.”
1 Corintios 15:1-2

No existe otra doctrina o práctica que nos lleve al cielo. Es la doctrina que claramente se enseña en las cartas apostólicas del Nuevo Testamento. El apóstol Pablo insistía una y otra vez al decirlo. Veamos la exhortación que le dirigió a la iglesia de Galacia.

“Estoy maravillado de que tan pronto os hayáis alejado del que os llamó por la gracia de Cristo, para seguir un evangelio diferente. No que haya otro, sino que hay algunos que os perturban y quieren pervertir el evangelio de Cristo. Mas si aun nosotros, o un ángel del cielo, os anunciare otro evangelio diferente del que os hemos anunciado, sea anatema. Como antes hemos dicho, también ahora lo repito: Si alguno os predica diferente evangelio del que habéis recibido, sea anatema.”
Gálatas 1:6-9


¿Cómo crecer a partir de este fundamento?

Es a partir de este fundamento que nuestra vida debe ser edificada. Necesitamos crecer a partir de él. Lógicamente que el crecimiento lo produce el Espíritu Santo, pero es necesario crear las condiciones adecuadas para que su acción sea efectiva en nosotros.

He aquí 5 actitudes que hemos de tener en cuenta a lo largo de nuestra vida cristiana para edificarnos a partir de este fundamento:


Vida de oración.

La vida de oración es básica para todo cristiano. Es la forma como nos fortalecemos en Dios para enfrentar las tentaciones y pruebas. Además para tomar decisiones de vital importancia y proceder conforme a ellas. Nuestro Señor Jesucristo nos dice:

“Velad y orad, para que no entréis en tentación; el espíritu a la verdad está dispuesto, pero la carne es débil.”
Mateo 26:42


Reflexión bíblica.

Es importante reflexionar siempre en los principios doctrinales dados por nuestro Señor Jesucristo; así como también en los principios éticos y morales revelados en su Palabra. Al reflexionar en la Palabra de Dios estamos orientando nuestros pasos por la senda establecida por Dios. La Biblia es la única regla de fe y conducta bajo la cual hemos de regirnos. No existe otra “revelación” autorizada por Dios.

“Lámpara es a mis pies tu palabra, y lumbrera a mi camino.”
Salmo 119: 105


Obediencia.

Es necesario llevar a la práctica lo reflexionado en la Palabra para que nuestra fe produzca los frutos esperados. Una fe genuina en Cristo nos impulsará la obediencia espontánea. Necesitamos reflejar los frutos de nuestra fe por medio de la obediencia.

“Pero sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores, engañándoos a vosotros mismos.”
Santiago 1:22


Reflejar con tu testimonio de obediencia lo que has reflexionado y creído.

Este punto está íntimamente relacionado con la actitud anterior. La obediencia espontanea a la Palabra de Dios te impulsa a iluminar el entorno que te rodea. Tu testimonio de vida llega incluso a ser una motivación a los demás a creer en Cristo.

“Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que están los cielos.”
Mateo 5:16


Enseñar a otros lo aprendido y reflexionado en la Palabra de Dios.

Se trata de hacer discípulos de Cristo, para que éstos a su vez continúen con la labor encomendada.
Para esta tarea NO es necesario disponer de un salón de clases, un pizarrón o el púlpito de una iglesia. Solo basta compartir con otros la única verdad que está revelada en la Biblia.
Mira la recomendación que el apóstol Pablo le hace a su discípulo Timoteo.

“Entre tanto que voy, ocúpate en la lectura, la exhortación y la ENSEÑANZA.”
1 Timoteo 4:13.

“Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones...   enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén.”
Mateo 28:19-20


Vivimos en un mundo que abiertamente rechaza la UNICA VERDAD y acepta “verdades” creadas por hombres que a la vez se contradicen con la revelación bíblica. Un mundo que ha desechado a Cristo como la única Roca en la cual se debe edificar la vida.
Es nuestro deber fundamentarnos y edificarnos EN el Evangelio de Cristo para que desempeñemos con fidelidad la obra que nos ha sido encomendada.



José Alfredo Liévano
Twitter.  @JAlfredoLievano  



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