A medida que reflexionas
en el contenido de la Palabra de Dios, “los ojos de tu entendimiento” se
alumbran. Comienzas a “ver” la realidad de una manera completamente diferente a
como te habías acostumbrado y como consecuencia tu vida, en todas sus áreas da
un giro radical.
Es como un “volver en sí” después de mucho tiempo de inconsciencia
espiritual.
Aquí se cumple lo que
dice el Salmo 19:
La ley de
Jehová es perfecta, que convierte el
alma; El testimonio de Jehová es fiel, que hace sabio al sencillo. Los mandamientos de Jehová son rectos, que alegran el corazón; El precepto de
Jehová es puro, que alumbra los ojos.
Salmo 19: 7-8.
Lo que produce ese “volver
en sí”, es la acción viva y eficaz de la Palabra de Dios que impacta tu mente
dormida y alienada por los “espejismos” de los que el mundo actual se encuentra
saturado.
Es una Palabra que
penetra hasta las áreas más profundas de tus pensamientos, tus emociones y tu voluntad.
Es una Palabra que
sacude tu conciencia hasta despertártela.
Al respecto la carta a
los hebreos dice así:
“Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y
más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los
tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón.”
Hebreos 4:12.
Solo basta que te
expongas a su contenido en un clima de oración, pidiéndole a Dios que su
Espíritu sature e ilumine tu mente.
Será así que
comprobarás lo que dice el Salmo 119:
La exposición de tus palabras alumbra;
hace entender a los simples.
Salmo 119:130
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Algunos efectos de la luz sobrenatural de la Palabra de Dios en tu
interior son:
Eres consciente de la REALIDAD de Dios. No
lo ves como una idea abstracta o un ser difuso. Lo ves como un ser eterno y soberano
que te envuelve con su presencia en todo momento. Lo ves como tu Padre.
Eres consciente de tu identidad espiritual.
Llegas a entender que Dios te creó a su imagen y semejanza para cumplir en ti propósitos
eternos; y que para ello es necesario reconocer a Jesucristo como el único medio que te habilita el camino
hacia el cielo.
Eres consciente de tu dependencia absoluta y constante de
Dios. Llegas a comprender que todo cuanto eres o tienes
se lo debes a él. “Tu” inteligencia, “tus” habilidades, “tu” salud, “tus”
bienes terrenales, “tu” trabajo y todo aquello que consideras “tuyo”.
Eres consciente de tu misión en el mundo. Llegas a comprender
que “estás aquí” para iluminar la oscuridad que reina en tu entorno, y que el único
propósito por el que vives es para desarrollar esa misión con todos los
recursos y capacidades que Dios ha puesto en tus manos.
Eres consciente de tu destino eterno.
Llegas a adquirir la plena certeza que después que dejes de existir sobre la
tierra, tendrás una vida que no terminará jamás en unión con Cristo.
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Todo lo anterior son convicciones que van contra la lógica humana, por
ello es necesario adquirirlas por medio de la exposición de la Palabra de Dios
y la oración.
Termino esta reflexión con
aquellas palabras que el apóstol Pablo escribió a la iglesia de Éfeso.
“Para que el
Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de gloria, os dé espíritu de
sabiduría y de revelación en el conocimiento de él, alumbrando los ojos de vuestro entendimiento, para que sepáis cuál es la esperanza a que él os ha llamado, y cuáles
las riquezas de la gloria de su herencia en los santos, y cuál la supereminente
grandeza de su poder para con nosotros los que creemos, según la operación
del poder de su fuerza, la cual operó en Cristo, resucitándole de los muertos y
sentándole a su diestra en los lugares celestiales, sobre todo principado y
autoridad y poder y señorío, y sobre todo nombre que se nombra, no sólo en este
siglo, sino también en el venidero”
Efesios 1:17-21
José Alfredo Liévano
Twitter. @JAlfredoLievano
1 comentario:
EXCELENTE DIOS LES BENDIGA
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