Cuando experimentas una
“mínima gota” de la presencia de Dios en tu interior, tu visión acerca de la
vida cambia de manera radical. Las convicciones en su Palabra se hacen más
firmes, tus emociones son sanadas y tus deseos se enfocan en agradar a Dios espontáneamente;
sin embargo, muchos cristianos aún se están perdiendo de esta bendición debido
a que aún toleran o permiten ciertos estorbos que no desean soltar, haciendo
que su vida cristiana entre en una “rutina religiosa” estéril, aburrida y sin
sentido.
Veamos algunos estorbos
que podrían impedir que esa unión con Dios se vea afectada de manera
negativa...
ESTORBOS QUE IMPIDEN “SABOREAR” LA COMUNION CON DIOS.
IDOLATRIA.-
La idolatría es darle
culto a lo que no es Dios...
Es anteponer a la
criatura antes que al creador. Es darle atributos que únicamente a Dios le
corresponden...
Es confiar más en las
personas que en Dios...
Es confiar más en las
capacidades humanas antes que en las de Dios...
Es confiar más en las
fuerzas humanas antes que en las de Dios...
Es confiar más en las
enseñanzas humanas antes que en las de Dios...
Es buscar el gozo en
las personas o cosas antes que en Dios...
Es confiar más en los
recursos o dinero antes que Dios.
En otras palabras es desplazar a Dios para darle paso a la criatura.
Es ignorar a Dios.
El apóstol Pablo en la
carta a los romanos nos ilustra esta verdad:
“Porque las
cosas invisibles de él (Dios), su eterno poder y deidad, se hacen claramente
visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas
hechas, de modo que no tienen excusa. Pues habiendo conocido a Dios, no le glorificaron
como a Dios, ni le dieron gracias, sino que se envanecieron en sus
razonamientos, y su necio corazón fue entenebrecido. Profesando ser sabios, se
hicieron necios, y cambiaron la gloria del Dios incorruptible en semejanza de
imagen de hombre corruptible, de aves, de cuadrúpedos y de reptiles.”
Romanos 1:20-23
Algunas acciones específicas para vencer este obstáculo:
Desechar todo aquello
que compita con Dios...
Priorizar a Dios sobre
todas las cosas y personas...
INCREDULIDAD.-
La incredulidad es NO
creerle a Dios a pesar de haber visto evidencias de su poder y soberanía en
medio de las circunstancias...
Es NO creerle a Dios a
pesar de haber visto cumplirse su Palabra de manera clara y específica...
Es no creerle a Dios a
pesar de recibir su Palabra oportuna en momentos específicos de la vida...
La incredulidad es
decirle “mentiroso” a Dios y veraz al hombre...
Es darle crédito más a
las palabras humanas que a las palabras de Dios.
La incredulidad se
evidencia en las personas necias, quienes a pesar de haber visto y oído a Dios
en las diversas circunstancias de su vida, aun así se mantienen en esa posición.
Quien no le cree a Dios
no le agrada, y por lo tanto existe un vínculo roto entre esa persona y Dios.
El escritor de la carta
a los hebreos lo dice con claridad:
“Pero sin fe
es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios
crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan.”
Hebreos 11:6.
Algunas acciones específicas para vencer este obstáculo:
Recuerda todas las
veces en las que Dios ha obrado en tu vida...
Recuerda todas aquellas
palabras que Dios en su oportunidad te dio justamente cuando las estabas
necesitando...
Dedica tiempo para que
la acción de la Palabra de Dios ponga en tu interior la convicción de su
contenido...
INCONFORMIDAD.-
La inconformidad es no
estar contento con lo que uno es o tiene...
Es estarse quejando con
amargura y de continuo ante las circunstancias que a diario vive...
Es compararse con otras
personas y querer ser como ellas son...
La inconformidad es un
reflejo de la ingratitud a Dios.
La manifestación visible
de la inconformidad es la murmuración continua en contra de Dios, de las circunstancias,
de las personas y de uno mismo. Es decirle a Dios: “no estoy contento como me tienes, creo que merezco más”.
Inconformidad es
olvidar que todo cuanto hemos recibido es por GRACIA y solo por GRACIA, y que
todo cuanto somos y tenemos es por pura misericordia de Dios.
Nada merecemos e incluso
hemos recibido mucho más de lo que somos merecedores.
El escritor de la carta
a los hebreos dice:
“Sean
vuestras costumbres sin avaricia, contentos con lo que tenéis ahora; porque él
dijo: No te desampararé, ni te dejaré”
Hebreos 13:5.
También el apóstol Pablo
se lo refuerza a Timoteo:
“Pero gran
ganancia es la piedad acompañada de contentamiento; porque nada hemos traído a
este mundo, y sin duda nada podremos sacar. Así que, teniendo sustento y abrigo, estemos contentos con esto. Porque
los que quieren enriquecerse caen en tentación y lazo, y en muchas codicias
necias y dañosas, que hunden a los hombres en destrucción y perdición; porque
raíz de todos los males es el amor al dinero, el cual codiciando algunos, se
extraviaron de la fe, y fueron traspasados de muchos dolores.”
1 Timoteo 6: 6-10
Algunas acciones específicas para vencer este obstáculo:
Reconocer que todo lo
que eres o tienes te ha sido dado por GRACIA de Dios, que nada mereces.
Darle gracias a Dios
por todo aun a pesar de las limitaciones existentes.
SOBERBIA.-
La soberbia está
relacionada con la altivez, la altanería, la arrogancia, la vanidad y el egoísmo.
Una persona con esas características se opone rotundamente al carácter de
nuestro Señor Jesucristo, ya que presenta el polo opuesto de lo que él es.
Es soberbio aquel que
se cree mejor que los demás y lo pregona por los “cuatro vientos”, incluso habla
de características personales que ni siquiera tiene.
Es el tipo de persona
que dice no necesitar de Dios para alcanzar sus metas y obviamente no lo toma
en cuenta en su vida.
Es el autosuficiente
que considera a Dios para los ignorantes y los débiles...
Es aquel que hace
propaganda de sus riquezas y habilidades...
Es aquel que pretende
opacar los logros de otros, haciendo cualquier cosa para que no sean conocidos...
El soberbio anda
sediento que la gente lo alabe por lo que es o hace...
El soberbio es aquel
que tiene entronizado su YO sobre todo lo demás...
Es aquel que tiene toda
la razón aunque sus argumentos estén equivocados a la vista de todos...
Es aquel que se ve por
encima de los demás y los hace sentir mal...
Es aquel que tiene una
sed insaciable del aplauso y de la alabanza.
Un soberbio jamás se “humillará”
para pedir perdón aunque sepa que ha tenido la culpa.
La soberbia es lo
opuesto a la humildad y a la sencillez, virtudes propias que deben caracterizar
a todo cristiano.
En la Biblia vemos como
Dios habla en contra de los soberbios veamos algunos ejemplos:
“Pero él da
mayor gracia. Por esto dice: Dios resiste a los soberbios, y da gracia a los
humildes.”
Santiago 4:6
“Igualmente,
jóvenes, estad sujetos a los ancianos; y todos, sumisos unos a otros, revestíos
de humildad; porque: Dios resiste a los soberbios, y da gracia a los humildes.”
1 Pedro 5:5
Algunas acciones específicas para vencer este obstáculo:
Reconocer la
dependencia absoluta de Dios.
Reconocer que todo lo
que tienes y eres es dado por Dios.
Reconocer tus defectos
y errores.
PECADOS DE LA CARNE. -
Son aquellos que se
reflejan por aquellos hábitos que son propios de nuestra naturaleza carnal, los
que instintivamente se reflejan hasta llegar al descontrol. No puede haber comunión
con Dios si dejamos que tales hábitos sean parte de nuestra vida. Veamos lo que el apóstol Pablo nos dice al
respecto:
“Porque el
deseo de la carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu es contra la carne;
y éstos se oponen entre sí, para que no hagáis lo que quisiereis. Pero si sois
guiados por el Espíritu, no estáis bajo la ley. Y manifiestas son las obras de
la carne, que son: adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia, idolatría,
hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones,
herejías, envidias, homicidios, borracheras, orgías, y cosas semejantes a estas;
acerca de las cuales os amonesto, como ya os lo he dicho antes, que los que
practican tales cosas no heredarán el reino de Dios.
Gálatas 5:17-21.
Algunas acciones específicas para vencer este obstáculo:
Mucha oración y reflexión
bíblica.
Apartarse de todas
aquellas ocasiones que nos lleven a caer en cada uno de estos hábitos.
Cortar radicalmente con
toda relación personal que te lleve a incurrir o a mantenerte en alguna de
estos hábitos.
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Si no experimentas la
vida plena en Cristo es porque hay alguna área de las mencionadas atrás con la
que tienes problemas serios.
Dios quiere que
experimentes en Cristo esa vida en abundancia que ofrece gratuitamente, pero es
necesario que detectes cuales son los obstáculos que te impiden
experimentarla...
José Alfredo Liévano
Twitter. @JAlfredoLievano
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