Palabras
reales y claras; a algunos tal vez no les agradará lo que leerán a continuación,
pero es lo que Dios dice en su Palabra y
no lo podemos obviar...
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El mundo va por mal camino.
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Como está escrito:
No hay justo, ni aun uno;
No hay quien entienda,
No hay quien busque a Dios.
Todos se desviaron, a una se hicieron inútiles; no hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno. Sepulcro
abierto es su garganta; con su lengua engañan. Veneno de áspides hay debajo de
sus labios; su boca está llena de maldición y de amargura. Sus pies se
apresuran para derramar sangre; Quebranto y desventura hay en sus caminos; y no
conocieron camino de paz. No hay temor de Dios delante de sus ojos.
Romanos 3:10-18
El
texto anterior hace una referencia del estado actual de la humanidad. Está
claro que se ha desechado a Dios y sus enseñanzas y se ha emprendido un estilo
de vida que va totalmente en contra de sus principios. Esa es la razón por la que el mundo va por mal camino; es imposible
que todo marche bien, si se ha desechado la única norma de fe y conducta que
debe regirle.
Hemos
entrado a un estado de “ateísmo práctico”, pues aunque muchos dicen “creer en
Dios” o “practicar una religión”, su conducta denota totalmente lo contrario.
En
todas las aéreas de la sociedad vemos esta “gangrena” que poco a poco pudre al
mundo. Lo vemos en la política, en los negocios, en la sociedad, en los niños,
en los jóvenes, e incluso hasta en la misma “religión”.
Hipocresía,
mentira, corrupción, robo, adulterio, inmoralidad, egoísmo, homicidios,
negocios ilícitos, herejías y más son parte de un amplio abanico que se llama
MALDAD.
Aquí
se cumple lo que el apóstol Pablo le escribió a Timoteo:
“También debes saber esto: que en los postreros días vendrán tiempos
peligrosos. Porque habrá hombres amadores de sí mismos, avaros, vanagloriosos,
soberbios, blasfemos, desobedientes a los padres, ingratos, impíos, sin afecto
natural, implacables, calumniadores, intemperantes, crueles, aborrecedores de
lo bueno, traidores, impetuosos, infatuados, amadores de los deleites más que
de Dios, que tendrán apariencia de piedad, pero negarán la eficacia de ella; a
éstos evita”
2 Timoteo 3:1-5
¿No es esto acaso lo que estamos
viendo ahora? Todo esto nos indica que estamos viviendo en
el contexto de los últimos tiempos. Estamos viviendo como en los días previos
al diluvio, en el que los pensamientos de los seres humanos eran de continuo al
mal.
“Y vio Jehová que la maldad de los hombres era mucha en la tierra, y
que todo designio de los pensamientos del corazón de ellos era de continuo
solamente el mal... Y se corrompió la
tierra delante de Dios, y estaba la tierra llena de violencia”.
Génesis 6: 5,11
Junto
a este contexto de maldad universal, no se escapan los falsos profetas que
tanto daño le hace a la Iglesia de Cristo y como consecuencia al mundo en
general. Han olvidado su misión para enfocarse en sus intereses egoístas y
ambiciosos; o amoldarse a los intereses
de los que practican la maldad. Cada día vemos a estos famosos “mercaderes
de la fe” que venden milagros por jugosas ofrendas, que pregonan que todo
está bien, cuando en realidad el
panorama es totalmente difícil.
Bien
expresó el profeta Jeremías cuando dijo:
“Ay de los pastores que destruyen y dispersan las ovejas de mi
rebaño! dice Jehová. Por tanto, así ha dicho Jehová Dios de Israel a los
pastores que apacientan mi pueblo: Vosotros dispersasteis mis ovejas, y las
espantasteis, y no las habéis cuidado. He aquí que yo castigo la maldad de
vuestras obras, dice Jehová”.
Jeremías 23:1
Vea que palabras más fuertes que
reflejan una realidad innegable:
“Porque la tierra está llena de adúlteros; a causa de la maldición
la tierra está desierta; los pastizales del desierto se secaron; la carrera de
ellos fue mala, y su valentía no es recta. Porque tanto el profeta como el
sacerdote son impíos; aun en mi casa hallé su maldad, dice Jehová. Por tanto,
su camino será como resbaladeros en oscuridad; serán empujados, y caerán en él;
porque yo traeré mal sobre ellos en el año de su castigo, dice Jehová”.
Jeremías 23:10-12.
Que los falsos profetas no crean
que quedarán impunes. Ellos bien saben que sus
conciencias les dice que no están obrando bien; y lo peor de todo, es que su
pésimo testimonio es un falso aliciente para sus seguidores.
Por eso el mandato de Dios no es
escucharlos, pues al confrontar sus enseñanzas con la
Biblia hay una cantidad enorme de herejías y falsedades.
“Así ha dicho Jehová de los ejércitos: No escuchéis las palabras de
los profetas que os profetizan; os
alimentan con vanas esperanzas; hablan
visión de su propio corazón, no de la boca de Jehová. Dicen atrevidamente a
los que me irritan: Jehová dijo: Paz tendréis; y a cualquiera que anda tras la
obstinación de su corazón, dicen: No vendrá mal sobre vosotros”.
Jeremías 23:16-17
Dios
no reconoce, ni respalda a todos aquellos predicadores que buscan sus intereses
egoístas y que además desechan el mensaje bíblico para torcerlo o excluirlo.
“No envié yo aquellos profetas, pero ellos corrían; yo no les hablé,
mas ellos profetizaban. Pero si ellos hubieran estado en mi secreto, habrían
hecho oír mis palabras a mi pueblo, y lo habrían hecho volver de su mal camino,
y de la maldad de sus obras”.
Jeremías 23: 21-22
Dios sabe quiénes son...
“Yo he oído lo que aquellos profetas dijeron, profetizando mentira
en mi nombre, diciendo: Soñé, soñé. ¿Hasta cuándo estará esto en el corazón de
los profetas que profetizan mentira, y que profetizan el engaño de su corazón?”
Jeremías 23:25-26
También para estos falsos
profetas viene juicio:
“Dice Jehová: He aquí que yo estoy contra los profetas que endulzan
sus lenguas y dicen: El ha dicho. He aquí, dice Jehová, yo estoy contra los que
profetizan sueños mentirosos, y los cuentan, y hacen errar a mi pueblo con sus
mentiras y con sus lisonjas, y yo no los envié ni les mandé; y ningún provecho
hicieron a este pueblo, dice Jehová”
Jeremías 23:31-32.
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La paciencia de Dios ya llegó a su fin.
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De
manera gradual se irá
viendo alrededor del mundo una serie de eventos preparatorios al juicio de
Dios. Las advertencias han sido muchas, y quizás estas que estamos viendo sean
las últimas.
Repito: Dios no puede tolerar la
maldad, ni tampoco respaldar a los que la practican. Lo ha advertido durante
mucho tiempo y de diversas maneras. Algo tendrá que hacer...
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Cristianos:
¡DESPERTEMOS!
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Ha llegado el momento de levantarnos de
nuestro letargo, de vivir una conversión genuina, de mostrar frutos de
arrepentimiento y de mostrar la LUZ en medio de un mundo que agoniza en medio
de la oscuridad, de la confusión, del miedo y la maldad en todas sus formas.
No podemos seguir durmiendo...
Necesitamos vivir para el propósito
para el cual Dios nos ha traído al mundo.
Que el Espíritu Santo nos despierte, y
nos haga ver la realidad del mundo y de la iglesia tal y como está ahora...
“Despiértate, tú que duermes,
y levántate de los muertos, y te alumbrará Cristo. Mirad, pues, con diligencia
cómo andéis, no como necios sino como sabios, aprovechando bien el tiempo,
porque los días son malos. Por tanto, no seáis insensatos, sino entendidos de
cuál sea la voluntad del Señor”.
Efesios
5:14-17
Oremos por convicciones firmes en la
Palabra de Dios...
Oremos por sabiduría para que sepamos
cómo proceder en medio de estas situaciones duras que vienen para el mundo...
Oremos para que seamos sensibles ante
la condición en la que se encuentran millones de personas alrededor del
mundo...
Oremos por valentía para avanzar en
contra de oposición...
Twitter:
@JAlfredoLievano