Es
mi deber no callar ante lo que Dios me ha hecho discernir al reflexionar en su Palabra.
La verdad es que no se puede “tapar el sol con un dedo” ante las diversas
circunstancias por las que ahora el mundo está atravesando en el ámbito político,
social, religioso, económico, moral y familiar. Al hacer un análisis de cada área,
nos damos cuenta que todo va encaminado a un colapso de grandes dimensiones. Obviamente
que a nadie le gusta que se les expongan
estas verdades que están a la vista de todos; sin embargo es necesario hacerlo.
Entiéndase
que no se trata de presentar una visión pesimista o fatalista de las cosas,
sino simplemente de “retratar la realidad” tal y como es; y no como una
realidad idealizada.
Estamos
viviendo en medio de un constante ambiente amenazador y peligroso como
consecuencia de la maldad en todas sus facetas; un ambiente en el que da la impresión
en el que nos estamos quedando a la deriva en medio de una furiosa tempestad.
Es necesario saber qué es lo que Dios está
queriendo comunicar al mundo. Para una explicación
más amplia leer las siguientes reflexiones publicadas en este blog: “Ante los tiempos
críticos que vienen” (publicada el miércoles 21 de enero 2015) y “En ruta a la gran tribulación”.
(Publicada el 12 de enero del 2015)
No
hay duda, que a medida que el regreso de nuestro Señor Jesucristo se acerque,
la tempestad se irá acrecentando notablemente. Sin embargo, esta es la Palabra
directa que Dios te dice ahora:
“Por cuanto has guardado la palabra de mi paciencia, yo también te guardaré de la hora de la prueba que ha
de venir sobre el mundo entero, para probar a los que moran sobre la
tierra.”
Apocalipsis 3:10
En
medio del caos reinante Dios será tu paz, seguridad y provisión. Nada te
faltará independientemente a las circunstancias que se te presenten. Tu bienestar
no dependerá de las cosas temporales, dependerá de Dios.
“Jehová es mi pastor; nada me faltará... Aunque ande en valle de sombra de muerte, no
temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo”
Salmo 23: 1, 4.
Podrás
entonces con toda confianza enfocarte en la misión encomendada con Dios que
consiste en proyectar su LUZ en medio de las tinieblas circundantes. Enfocarte
en tu misión sin temor a quedar fuera de su cobertura.
“Jehová es mi luz y mi salvación; ¿de quién temeré? Jehová es la
fortaleza de mi vida; ¿de quién he de atemorizarme? Cuando se juntaron contra
mí los malignos, mis angustiadores y mis enemigos,
Para comer mis carnes, ellos tropezaron y cayeron. Aunque un ejército acampe contra mí, no
temerá mi corazón; aunque contra mí se levante guerra, yo estaré confiado.”
Salmo 27:1-3
----------------------------
José
Alfredo Liévano
Twitter. @JAlfredoLievano
No hay comentarios:
Publicar un comentario