jueves, 22 de enero de 2015

“LA PRUEBA QUE HA DE VENIR SOBRE EL MUNDO”.

Es mi deber no callar ante lo que Dios me ha hecho discernir al reflexionar en su Palabra. La verdad es que no se puede “tapar el sol con un dedo” ante las diversas circunstancias por las que ahora el mundo está atravesando en el ámbito político, social, religioso, económico, moral y familiar. Al hacer un análisis de cada área, nos damos cuenta que todo va encaminado a un colapso de grandes dimensiones. Obviamente que a  nadie le gusta que se les expongan estas verdades que están a la vista de todos; sin embargo es necesario hacerlo.
Entiéndase que no se trata de presentar una visión pesimista o fatalista de las cosas, sino simplemente de “retratar la realidad” tal y como es; y no como una realidad idealizada.
Estamos viviendo en medio de un constante ambiente amenazador y peligroso como consecuencia de la maldad en todas sus facetas; un ambiente en el que da la impresión en el que nos estamos quedando a la deriva en medio de una furiosa tempestad.

Es necesario saber qué es lo que Dios está queriendo comunicar al mundo. Para una explicación más amplia leer las siguientes reflexiones publicadas en este blog:  Ante los tiempos críticos que vienen” (publicada el miércoles 21 de enero 2015) y “En ruta a la gran tribulación”. (Publicada el 12 de enero del 2015)

No hay duda, que a medida que el regreso de nuestro Señor Jesucristo se acerque, la tempestad se irá acrecentando notablemente. Sin embargo, esta es la Palabra directa que Dios te dice ahora:

“Por cuanto has guardado la palabra de mi paciencia, yo también te guardaré de la hora de la prueba que ha de venir sobre el mundo entero, para probar a los que moran sobre la tierra.”
Apocalipsis 3:10


En medio del caos reinante Dios será tu paz, seguridad y provisión. Nada te faltará independientemente a las circunstancias que se te presenten. Tu bienestar no dependerá de las cosas temporales, dependerá de Dios.

“Jehová es mi pastor; nada me faltará...   Aunque ande en valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo”
Salmo 23: 1, 4.

Podrás entonces con toda confianza enfocarte en la misión encomendada con Dios que consiste en proyectar su LUZ en medio de las tinieblas circundantes. Enfocarte en tu misión sin temor a quedar fuera de su cobertura.

“Jehová es mi luz y mi salvación; ¿de quién temeré? Jehová es la fortaleza de mi vida; ¿de quién he de atemorizarme? Cuando se juntaron contra mí los malignos, mis angustiadores y mis enemigos,
Para comer mis carnes, ellos tropezaron y cayeron. Aunque un ejército acampe contra mí, no temerá mi corazón; aunque contra mí se levante guerra, yo estaré confiado.”
Salmo 27:1-3

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José Alfredo Liévano
Twitter.  @JAlfredoLievano  


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