CONFÍA EN EL DUEÑO DE LAS COSAS;
Y NO EN LAS COSAS DEL DUEÑO.
(Reflexión)
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Nada
te pertenece, todo es de Dios; La Biblia así lo declara. “De Jehová es la tierra y su plenitud” (Salmo 24:1) Todo cuanto
alcanzas a ver y lo que no ves a Dios le pertenece.
¡Acuérdate!
Lo que consideras como “tuyo” no te pertenece, sino que te ha sido prestado por
Dios para que lo administres para sus propósitos; no es para que te olvides de
él, ni para que te sumerjas en los placeres de la vida, ni para que te
envanezcas, ni para que con ellos cometas injusticias en contra de tu prójimo. Quienes así proceden están en contra de lo
establecido por Dios, aunque en apariencia todo les vaya “sobre ruedas”. Han
olvidado la transitoriedad de las riquezas, y que todo cuanto poseen se queda aquí.
Nada de lo que acumularon y robaron se podrán llevar, aunque sus títulos de
propiedad sean garantizados. He aquí algunos textos bíblicos que lo demuestran.
Léelos despacio y reflexiónalos.
“Pues verá que aun los sabios mueren; que
perecen del mismo modo que el insensato y el necio, y dejan a otros sus riquezas. Su íntimo pensamiento es que sus
casas serán eternas, y sus habitaciones para generación y generación; dan sus
nombres a sus tierras.”
Salmo 49:11-12
“No temas cuando se enriquece alguno, cuando
aumenta la gloria de su casa; porque cuando muera no llevará nada, ni
descenderá tras él su gloria. Aunque mientras viva, llame dichosa a su alma, y
sea loado cuando prospere, entrará en la generación de sus padres, y nunca más
verá la luz. El hombre que está en honra y no entiende, semejante es a las
bestias que perecen.”
Salmo 49:16-20
“He aquí el hombre que no puso a Dios
por su fortaleza, sino que confió en la
multitud de sus riquezas, y se mantuvo en su maldad.”
Salmo 52:7
También les refirió una parábola,
diciendo: La heredad de un hombre rico había producido mucho. Y él pensaba
dentro de sí, diciendo: ¿Qué haré, porque no tengo dónde guardar mis frutos? Y
dijo: Esto haré: derribaré mis graneros, y los edificaré mayores, y allí
guardaré todos mis frutos y mis bienes; y diré a mi alma: Alma, muchos bienes
tienes guardados para muchos años; repósate, come, bebe, regocíjate. Pero Dios
le dijo: Necio, esta noche vienen a pedirte tu alma; y lo que has provisto, ¿de
quién será? Así es el que hace para sí tesoro, y no es rico para con Dios.
Lucas 12:16-21
Acuérdate
que tu estadía sobre la tierra es temporal. Sé fiel a Dios con lo poco o mucho que tengas ahora,
pues en la medida que lo seas irás recibiendo más y más para sus propósitos. Siempre que recibas
más de lo que tengas, no lo atribuyas a tus méritos y capacidades; atribúyeselos
a Dios, al dueño de todo.
No
te preocupes por lo que te falta ahora, Dios sabe de qué cosas tienes necesidad;
pero es importante que las enfoques en administrarlas para él. Todo lo que
necesites te llegará de manera oportuna e inesperada. “No os afanéis, pues, diciendo: ¿Qué
comeremos, o qué beberemos, o qué vestiremos? Porque los gentiles buscan todas
estas cosas; pero vuestro Padre celestial sabe que tenéis necesidad de todas
estas cosas. Mas buscad primeramente el
reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas. Así
que, no os afanéis por el día de mañana, porque el día de mañana traerá su
afán. Basta a cada día su propio mal.” (Mateo
6:31-34). Dios es el dueño de todo y NO te dejará sin nada.
CONFÍA EN EL DUEÑO DE LAS COSAS; Y NO EN LAS COSAS
DEL DUEÑO.
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