sábado, 14 de marzo de 2015

LA COBERTURA DE DIOS TE GUARDA.

En Dios has confiado. Por lo tanto no tienes porque angustiarte y especular sobre lo malo que pueda pasarte. El te está confirmando ahora que te librará de todos los que te acosan con el propósito de destruirte. Debes de tener la certeza que su cobertura protectora es real, poderosa y soberana a tu favor, así como lo confirma literalmente el Salmo 91. “El que habita al abrigo del Altísimo morará bajo la sombra del Omnipotente” (Salmo 91:1).

Dios es tu escudo protector durante todo el tiempo de tu peregrinar sobre la tierra.

No pongas tu esperanza de preservación o protección en las circunstancias o personas. Tu esperanza está cimentada en la dependencia absoluta y constante de Dios.
A lo largo de tu historia personal has comprobado como su Gracia, Misericordia, Poder y Soberanía se han cernido constantemente a lo largo de tus caminos sin que su asistencia oportuna te haya faltado.

¡SIGUE ADELANTE!
LA COBERTURA DE DIOS TE GUARDA.
El que habita al abrigo del Altísimo morará bajo la sombra del Omnipotente. Diré yo a Jehová: Esperanza mía, y castillo mío; Mi Dios, en quien confiaré. El te librará del lazo del cazador, de la peste destructora. Con sus plumas te cubrirá, y debajo de sus alas estarás seguro; escudo y adarga es su verdad. No temerás el terror nocturno, ni saeta que vuele de día, ni pestilencia que ande en oscuridad, ni mortandad que en medio del día destruya. Caerán a tu lado mil, y diez mil a tu diestra; Mas a ti no llegará. Ciertamente con tus ojos mirarás y verás la recompensa de los impíos. Porque has puesto a Jehová, que es mi esperanza, al Altísimo por tu habitación, no te sobrevendrá mal, ni plaga tocará tu morada. Pues a sus ángeles mandará acerca de ti, que te guarden en todos tus caminos. En las manos te llevarán, para que tu pie no tropiece en piedra. Sobre el león y el áspid pisarás; Hollarás al cachorro del león y al dragón. Por cuanto en mí ha puesto su amor, yo también lo libraré; le pondré en alto, por cuanto ha conocido mi nombre. Me invocará, y yo le responderé; con él estaré yo en la angustia; Lo libraré y le glorificaré. Lo saciaré de larga vida, y le mostraré mi salvación.”
Salmo 91

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