Es necesario que los cristianos estemos
convencidos del contenido completo de la Palabra de Dios; convencidos de sus
enseñanzas y de sus promesas. No se trata de un conocimiento intelectual sino
de una experiencia de FE revitalizadora para el alma. Por eso es necesario, que
para adquirir este tipo de convicción, tengamos en cuenta 4 actitudes diarias.
ORACIÓN.
Hemos de orar para que el Espíritu Santo ilumine
nuestra mente con su LUZ sobrenatural; para que su efecto produzca en ella
convicciones sobrenaturales que van más allá de una simple lógica. Cuando Pablo
le escribe a los efesios les reitera la eficacia de la oración para alcanzar
ese tipo de convicción. “No ceso de dar
gracias por vosotros, haciendo memoria
de vosotros en mis oraciones, para
que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de gloria, os dé espíritu de
sabiduría y de revelación en el conocimiento de él, alumbrando los ojos de
vuestro entendimiento, para que sepáis cuál es la esperanza a que él os ha
llamado, y cuáles las riquezas de la gloria de su herencia en los santos, y
cuál la supereminente grandeza de su poder para con nosotros los que creemos,
según la operación del poder de su fuerza” (Efesios
1:16-19)
REFLEXIÓN
BÍBLICA.
Es necesario que la reflexión bíblica esté
acompañada de la oración. Reflexionar en
la Palabra de Dios bajo la lógica humana no produce el efecto esperado, es
necesario que nuestra mente esté sometida bajo la acción sobrenatural del
Espíritu Santo para discernir las verdades reveladas. Antes de leer, estudiar o reflexionar en la Palabra de Dios, es
necesario depositar nuestra mente en oración. El apóstol Pablo escribe al
respecto: “Y nosotros no hemos recibido
el espíritu del mundo, sino el Espíritu que proviene de Dios, para que sepamos
lo que Dios nos ha concedido, lo cual también hablamos, no con palabras
enseñadas por sabiduría humana, sino con las que enseña el Espíritu, acomodando
lo espiritual a lo espiritual. Pero el hombre natural no percibe las cosas que
son del Espíritu de Dios, porque para él son locura, y no las puede entender,
porque se han de discernir espiritualmente” (1 Corintios 2:12-14)
RECORDAR.
Algo que estimula nuestra FE, es el hecho de
recordar todas las ocasiones en las que Dios nos habló oportunamente por medio
de la reflexión bíblica al darnos sus palabras específicas para ese momento;
así como también sus intervenciones oportunas en cada capítulo de nuestra
historia personal. Son acciones divinas innegables que nos “marcan” para toda
la vida; así que, recuerda ahora todas esas veces en la que Dios “te habló”,
cuando te dio aquella palabra precisa a tu situación; recuerda también todas aquellas
veces en las que intervino oportunamente ante situaciones difíciles o
imposibles que ya habías olvidado. Algo similar les ocurrió a los discípulos
del Señor, quien les dijo: “¿Teniendo ojos
no veis, y teniendo oídos no oís? ¿Y no recordáis? Cuando partí los cinco panes
entre cinco mil, ¿cuántas cestas llenas de los pedazos recogisteis? Y ellos
dijeron: Doce. Y cuando los siete panes entre cuatro mil, ¿cuántas canastas
llenas de los pedazos recogisteis? Y ellos dijeron: Siete. Y les dijo: ¿Cómo
aún no entendéis? (Marcos 8:18-21) Acuérdate de todas las
palabras e intervenciones de Dios a tu favor y verás como tu fe se estimulará.
PERSEVERAR.
Aquí se reúnen las tres actitudes anteriores: oración, reflexión bíblica y recordar las
intervenciones de Dios. Recuerda que la perseverancia se prueba en las
circunstancias adversas, por eso es necesario mantenerse despiertos en estas
tres áreas sin dejarnos influir por los que “duermen”. “Por tanto, no durmamos como los demás, sino
velemos y seamos sobrios” (1
Tesalonicenses 5:6)
---------------------------.
Al tener convicciones firmes en la Palabra de
Dios, todos los días de nuestra vida quedan “marcados”, no se olvidan...
Twitter:
----------------------------
No hay comentarios:
Publicar un comentario