miércoles, 5 de agosto de 2015

NO PIERDAS LA VISIÓN DE LO QUE ESPERAS.


Que Dios te ayude a NO perder la visión de sus fieles promesas eternas por muy ilógicas e inalcanzables que éstas parezcan. Necesitas entender ahora que para alcanzar dicha meta es imperativo subir constantemente al “monte de la oración y la reflexión bíblica”; será entonces como los ojos de la fe se mantendrán abiertos y las contemplarán desde su cima, tu corazón se llenará de gozo indescriptible y  tus deseos te impulsarán a luchar por ellas a costa de lo que sea. Podrás exclamar al igual que el rey David las siguientes palabras: “Ahora pues, Jehová Dios, tú eres Dios, y tus palabras son verdad, y tú has prometido este bien a tu siervo” (2 Samuel 7:28)

Al estar en el “monte de la oración y la reflexión bíblica” tendrás CONVICCIÓN porque la certeza sobrenatural del cumplimiento de las promesas eternas de Dios será un hecho contundente...   Procederás con DOCILIDAD espontánea para obedecer los lineamientos establecidos por Dios sin temer a los resultados...   Recibirás ESTRATEGIAS específicas “de lo alto” ante cada circunstancia que necesites resolver...   Obtendrás DETERMINACIÓN para esforzarte con valentía en medio de toda adversidad. (Prueba, tentación o persecución)

CONVICCION...   DOCILIDAD...   ESTRATEGIAS...   DETERMINACION...
Cuatro recursos claves que has de tener en cuenta para mantener tu visión en las promesas de Dios. Son los mismos recursos que Dios le concedió a Josué para “ver” y conquistar la tierra prometida; un conquistador convencido en las promesas ilógicas e inalcanzables de Dios, un conquistador dócil a la Palabra de Dios, un conquistador procediendo de acuerdo a las estrategias de Dios, un conquistador determinado a luchar contra toda clase de oposición.

Tu existencia no se limita a esta dimensión espacio-temporal. Va más allá de lo que tus ojos físicos logran visualizar y tu mente de discernir. No pierdas la visión de lo que esperas “más allá del sol” pero sin dejar de comprometerte con la misión temporal que Dios te ha concedido sobre la tierra. Toma para ti, este consejo de ánimo que el apóstol Pablo les escribió a los corintios:   “Así que, hermanos míos amados, estad firmes y constantes, creciendo en la obra del Señor siempre, sabiendo que vuestro trabajo en el Señor no es en vano” (1 Corintios 15:58). Mientras adquieres las promesas eternas, mantente firme y constante en la misión espacio-temporal que Dios te ha asignado. Firme y constante en la espera de los cielos nuevos y tierra nueva donde reina la justicia. “Pero nosotros esperamos, según sus promesas, cielos nuevos y tierra nueva, en los cuales mora la justicia. Por lo cual, oh amados, estando en espera de estas cosas, procurad con diligencia ser hallados por él sin mancha e irreprensibles, en paz” (2 Pedro 3:13-14)

No deseo concluir sin antes dejarte con una de las grandes enseñanzas y promesas que nuestro Señor Jesucristo le reveló al apóstol Juan cuando se encontraba preso en la isla de Patmos padeciendo por su causa. Son Palabras que recibió y nos transmitió con convicción de su contenido y cumplimiento. Pídele a Dios que no deseas perder la visión de esto que leerás...

 “Vi un cielo nuevo y una tierra nueva; porque el primer cielo y la primera tierra pasaron, y el mar ya no existía más. Y yo Juan vi la santa ciudad, la nueva Jerusalén, descender del cielo, de Dios, dispuesta como una esposa ataviada para su marido. Y oí una gran voz del cielo que decía: He aquí el tabernáculo de Dios con los hombres, y él morará con ellos; y ellos serán su pueblo, y Dios mismo estará con ellos como su Dios. Enjugará Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y ya no habrá muerte, ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor; PORQUE LAS PRIMERAS COSAS PASARON. Y el que estaba sentado en el trono dijo: He aquí, yo hago nuevas todas las cosas. Y me dijo: Escribe; porque ESTAS PALABRAS SON FIELES Y VERDADERAS. Y me dijo: Hecho está. Yo soy el Alfa y la Omega, el principio y el fin. Al que tuviere sed, yo le daré gratuitamente de la fuente del agua de la vida. El que venciere heredará todas las cosas, y yo seré su Dios, y él será mi hijo. Pero los cobardes e incrédulos, los abominables y homicidas, los fornicarios y hechiceros, los idólatras y todos los mentirosos tendrán su parte en el lago que arde con fuego y azufre, que es la muerte segunda.
Apocalipsis 21:1-8

¡NO PIERDAS LA VISIÓN DE LO QUE ESPERAS!


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