La tendencia hacia la incredulidad es un factor
repetitivo y frecuente en la mayoría de seres humanos, incluyendo a cristianos
sinceros que con todo el corazón se han entregado radicalmente a Dios. A lo
largo de la Biblia vemos por ejemplo, como los escogidos de Dios, a pesar de
haber “visto” y “oído” sus maravillas se enfrentaron con esta situación.
Prácticamente “el campo de batalla” contra la
incredulidad se desarrolla en la mente, cuando ésta quiere imponer sus
criterios racionales sobre los criterios espirituales. Se trata de dos campos
opuestos entre sí que luchan de continuo (RAZÓN Y FE).
Luchar
contra la incredulidad es un reto de cada día, que se vence mediante la oración
constante y la reflexión bíblica. Es necesario NO dejar de hacerlo,
pues son los recursos que Dios nos ha dejado para tal propósito. Es necesario
que la acción sobrenatural del Espíritu Santo ilumine las entrañas de nuestra
razón, NO que la anule, pero que SÍ sea sometida bajo la iluminación del cielo.
Es necesario CREER contra toda lógica humana...
Es necesario CREER que Dios tiene el control sobre
toda circunstancia...
Es necesario CREER que Dios nos capacita para
proceder de acuerdo a sus lineamientos.
“Es,
pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve”
Hebreos 11:1
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