Aléjate
de todo aquello que te haga perder la noción de la realidad de Dios, de tu
identidad espiritual, de tu misión sobre el mundo y de tu destino eterno. Aléjate
de todo “viento” maligno que apague tu lámpara. “Mira pues, no suceda que la luz que en ti
hay, sea tinieblas. Así que, si todo tu cuerpo está lleno de luz, no teniendo
parte alguna de tinieblas, será todo luminoso, como cuando una lámpara te
alumbra con su resplandor”. Lucas
11:35-36. La influencia
del pecado en todas sus formas es en extremo muy fuerte y con alto poder de
seducción. Ten mucho cuidado por favor,
no te dejes fascinar por los espejismos que tienes ante tus ojos. Aléjate
de lo que te aparta de Dios. “No os unáis en yugo desigual con los incrédulos; porque
¿qué compañerismo tiene la justicia con la injusticia? ¿Y qué comunión la luz
con las tinieblas?” 2 Corintios 6:14. Es necesario que aproveches el tiempo para
buscar su presencia por medio de la oración y la reflexión bíblica. Se trata de
una necesidad continua que no debes obviar.
Estamos viviendo en un mundo que enfrenta las consecuencias de su
rebeldía contra Dios y que está a punto de enfrentar sus juicios terribles. No te
duermas... “Mirad también por vosotros mismos, que
vuestros corazones no se carguen de glotonería y embriaguez y de los afanes de
esta vida, y venga de repente sobre vosotros aquel día. Porque como un lazo
vendrá sobre todos los que habitan sobre la faz de toda la tierra. Velad, pues, en todo tiempo orando que
seáis tenidos por dignos de escapar de todas estas cosas que vendrán, y de
estar en pie delante del Hijo del Hombre”. Lucas
21:34-36. Mantén tus ojos abiertos, no te dejes influenciar por
la ceguera espiritual que la mayoría de personas padece.
Involucra
a Dios en todos tus proyectos y acciones.
No lo dejes fuera de ellos. No pretendas
proceder en contra de sus normas éticas, pues aunque momentáneamente tengas “éxito”,
con el tiempo todo se echará a perder. Con gran claridad nuestro Señor Jesucristo
lo hace ver en sus palabras: “El que no es conmigo, contra mí es; y el que conmigo no
recoge, desparrama” Lucas 11:23. Al involucrar a Dios en tus proyectos y
acciones, gozarás de su respaldo total aunque las circunstancias apunten todo
lo contrario. Además recuerda que el propósito de tu presencia en el mundo es
proyectar la luz de Cristo, por lo tanto todo cuanto hagas debe ser para ese
fin. “Así
alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas
obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos”. Mateo 5:16.
Persevera
en la fe, en la obediencia y en la paciencia.
Persevera aunque todo se ponga peor, porque de hecho así sucederá en
todos los rincones del mundo (Nuestro Señor Jesucristo lo ha dicho). Persevera aunque el viento en tu contra se
haga más fuerte y agresivo. Persevera aunque
la oscuridad se haga más densa y no veas ninguna salida viable a tus
dificultades. Persevera aunque los “lobos
con piel de oveja” se multipliquen e intenten hundirte con todos los medios
posibles. Persevera aunque tus
oponentes piensen que ya lograron sus objetivos en tu contra y te hagan ver que
todo está completamente perdido. Persevera
con la firme convicción que la cercanía de Dios es real y activa a tu favor
aunque todos estén en tu contra. Persevera
a pesar de las imposibilidades. Persevera
aunque las estrategias satánicas en tu contra te acosen de día y noche, pues
Dios ha prometido librarte de cada una de ellas. “Así
que, hermanos míos amados, estad firmes y constantes, creciendo en la obra del
Señor siempre, sabiendo que vuestro trabajo en el Señor no es en vano” 1Corintios
15:58.
CONSEJOS DE DIOS PARA “ESTOS TIEMPOS”...
Despiértate, tú que duermes, y
levántate de los muertos, y te alumbrará Cristo. Mirad, pues, con diligencia
cómo andéis, no como necios sino como sabios, aprovechando bien el tiempo,
porque los días son malos. Por tanto, no seáis insensatos, sino entendidos de
cuál sea la voluntad del Señor. No os embriaguéis con vino, en lo cual hay
disolución; antes bien sed llenos del Espíritu, hablando entre vosotros con
salmos, con himnos y cánticos espirituales, cantando y alabando al Señor en
vuestros corazones; dando siempre gracias por todo al Dios y Padre, en el
nombre de nuestro Señor Jesucristo.
Efesios 5:14-20
TWITTER.
@JAlfredoLievano
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