La
única manera para frenar los juicios que Dios ha decretado sobre las naciones,
es el ARREPENTIMIENTO GENUINO. Se trata
de un cambio radical-espontáneo en la forma de pensar, sentir y proceder de
acuerdo a la Palabra de Dios.
Es
necesario que gobernantes, políticos, líderes, grandes, pequeños y todos los
que conformamos el conglomerado mundial estemos conscientes que las consecuencias irreversibles de la
maldad estaría llevando al mundo a un caos y a una destrucción sin precedentes en la historia de la humanidad.
Mientras
exista la soberbia y la rebeldía deliberada en contra de lo que Dios ha
establecido, el mundo iría encaminado a su autodestrucción.
Es tiempo que los gobernantes de las naciones
revisen todas aquellas leyes que van en contra de la moral, la ética, los
derechos humanos y de la vida misma.
Las Magnas Constituciones de la mayoría de nuestras repúblicas han sido
manchadas y burladas, han desplazado la autoridad absoluta de Dios para
anteponer la autoridad “suprema” del hombre.
Las
cosas no están bien en las naciones de toda la tierra. Es mentira que bajo sus métodos independizados del método de Dios digan
que “lo mejor está por venir”. Es la peor falsedad jamás escuchada, sobre
todo cuando viene de ideologías políticas que rechazan abiertamente a Dios y su
Palabra. Es mentira que estas organizaciones políticas o humanitarias estén haciendo
bien las cosas cuando en todo momento viven en oposición deliberada a la
voluntad de Dios.
Mientras
el mundo no acepte el llamado de Dios al arrepentimiento, la marcha hacia su destrucción
será inminente.
Al
igual que Nínive, el tiempo para que el juicio de Dios se derrame es demasiado
corto, ya está establecido; sin embargo podría evitarse como sucedió con ellos.
“Y comenzó Jonás a entrar por la ciudad,
camino de un día, y predicaba diciendo: De aquí a cuarenta días Nínive será
destruida. Y los hombres de Nínive creyeron a Dios, y proclamaron ayuno, y se
vistieron de cilicio desde el mayor hasta el menor de ellos. Y llegó la noticia
hasta el rey de Nínive, y se levantó de su silla, se despojó de su vestido, y
se cubrió de cilicio y se sentó sobre ceniza... y vio Dios lo que hicieron, que
se convirtieron de su mal camino; y se arrepintió del mal que había dicho que
les haría, y no lo hizo.
Jonás 3: 4-5, 10
He
aquí tenemos un claro ejemplo como los juicios decretados pueden frenarse por
la misericordia de Dios como respuesta a sus advertencias; sin embargo, ya está escrito en el Apocalipsis, que pese
a las advertencias de juicio el mundo se negará rotundamente a la oportunidad
de salvación. Continuarán deleitándose en la maldad, promoviendo leyes
abominables, desafiando a Dios y practicando toda clase de maldad. Veamos...
“Y los otros hombres que no fueron muertos
con estas plagas, ni aun así se
arrepintieron de las obras de sus manos, ni dejaron de adorar a los
demonios, y a las imágenes de oro, de plata, de bronce, de piedra y de madera,
las cuales no pueden ver, ni oír, ni andar; y no se arrepintieron de sus homicidios, ni de sus hechicerías, ni
de su fornicación, ni de sus hurtos.”
Apocalipsis 9:19-20
“El cuarto ángel derramó su copa sobre
el sol, al cual fue dado quemar a los hombres con fuego. Y los hombres se
quemaron con el gran calor, y blasfemaron el nombre de Dios, que tiene poder
sobre estas plagas, y no se
arrepintieron para darle gloria. El quinto ángel derramó su copa sobre el
trono de la bestia; y su reino se cubrió de tinieblas, y mordían de dolor sus
lenguas, y blasfemaron contra el Dios del cielo por sus dolores y por sus
úlceras, y no se arrepintieron de sus
obras.”
Apocalipsis 16: 8-11
VIENE JUICIO DE DIOS SOBRE LAS NACIONES.
(Ya
está escrito...)
Es
un hecho...
Ante
la negativa de arrepentimiento de la humanidad, los juicios de Dios se
derramarán con fuerza sobre la toda tierra; sin embargo la invitación de Dios
para escapar de ellos, se mantiene en pie. Aún hay tiempo para escapar de las cosas
que vendrán. Eso dependerá de quien quiera aprovecharlo. El tiempo es ahora; mañana será
extremadamente tarde.
Que Dios nos tenga por dignos de escapar de las
cosas que vendrán...
“Mirad también por vosotros mismos, que
vuestros corazones no se carguen de glotonería y embriaguez y de los afanes de
esta vida, y venga de repente sobre vosotros aquel día. Porque como un lazo vendrá
sobre todos los que habitan sobre la faz de toda la tierra. Velad, pues, en todo tiempo orando que
seáis tenidos por dignos de escapar de todas estas cosas que vendrán, y de
estar en pie delante del Hijo del Hombre.”
Lucas 21: 34-36
Cristianos:
Los
tiempos que vivimos ahora NO son nada buenos, pues mientras el mundo deseche a
Dios las cosas no caminarán bien. De hecho, NO lo están.
Es
tiempo que los cristianos asumamos con responsabilidad nuestra misión en el
mundo, que desechemos la tibieza que nos ha caracterizado a la mayoría y
pongamos los ojos en el cielo pero con los pies sobre la tierra.
No
desperdiciemos más el tiempo en vanidades y en religiosidades externas que a
nada llevan. El tiempo ha llegado. Recibamos
con humildad la exhortación que Cristo nos hace hoy.
“Yo conozco tus obras, que ni eres frío
ni caliente. ¡Ojalá fueses frío o caliente! Pero por cuanto eres tibio, y no
frío ni caliente, te vomitaré de mi boca. Porque tú dices: Yo soy rico, y me he
enriquecido, y de ninguna cosa tengo necesidad; y no sabes que tú eres un
desventurado, miserable, pobre, ciego y desnudo. Por tanto, yo te aconsejo que
de mí compres oro refinado en fuego, para que seas rico, y vestiduras blancas
para vestirte, y que no se descubra la vergüenza de tu desnudez; y unge tus
ojos con colirio, para que veas. Yo reprendo y castigo a todos los que amo; sé,
pues, celoso, y arrepiéntete.”
Apocalipsis 3:15-19
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