Dios es la única fuente
de toda bendición. Él es quien pone los
medios y dirige todos los acontecimientos para que lleguen a tus manos. Él es la fuente de tus capacidades naturales
y espirituales, su acción directa sobre ti lo hace posible. Lo que tienes y lo que eres se lo debes a
Dios, tu Padre. No te jactes, como si lo hubieras obtenido por tus propios
medios.
Así como Dios te ha
bendecido hasta hoy, así también lo continuará haciendo en el futuro. Su decisión de hacerlo se mantiene firme aunque no lo merezcas; pero también es necesario entender que te
dará todo lo que necesites para sus propósitos, y no lo que quieras para tus
propios fines. No es lo mismo la necesidad orientada hacia un propósito divino,
que el deseo orientado hacia propósitos egoístas.
Siempre que recibas una
bendición, recuerda que se debe a la GRACIA de Dios, no a
tus méritos y capacidades... Siempre que recibas una bendición,
úsala de acuerdo a las pautas dadas en su Palabra y no según las costumbres del
criterio de la mayoría... Siempre
que recibas una bendición, pídele al Señor que te dé sabiduría para que la
sepas usar correctamente y sea aprovechada para la difusión de su mensaje en el
entorno donde vives...
“Toda buena dádiva y todo don perfecto desciende de lo
alto, del Padre de las luces, en el cual no hay mudanza, ni sombra de variación”
Santiago 1:17.
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@JAlfredoLievano
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