Es Dios quien pone en tu interior el deseo de “subir de nivel espiritual”;
de ahí esa necesidad constante de incrementar tu relación con él.
Es Dios quien te da la constancia de no quitar de vista las
promesas que te ha hecho, aunque ahora no las vislumbres.
Es Dios quien te da miles de oportunidades a pesar de tu arraigada
incredulidad; sobre todo cuando las circunstancias te mantienen atrapado (a)
entre “la espada y la pared”.
Es Dios quien te da la firme convicción que te va abriendo caminos
en medio de enormes, numerosos y peligrosos obstáculos que a diario encuentras
en el trayecto.
Es Dios quien ha decidido no soltarte jamás ni dejarte a la deriva...
“Yo te he conocido por tu nombre, y has hallado también GRACIA a mis
ojos... Mi presencia irá contigo, y
te daré descanso”
Éxodo 33:12,14
TWITTER.
@JAlfredoLievano
No hay comentarios:
Publicar un comentario