viernes, 8 de julio de 2016

PROFETAS A LAS NACIONES.


Todos los cristianos somos portadores de la Palabra de Dios al mundo. Somos sus comunicadores. Nadie más lo puede hacer por nosotros. Vienen al mundo tiempos de incertidumbre (Ya comenzaron...), de ahí que nuestra prioridad es proyectar la luz del Evangelio de Cristo.

¡Es necesario!
¡Es nuestra prioridad!    
¡Esa es la razón de nuestra permanencia en esta tierra!

“Antes que te formase en el vientre te conocí, y antes que nacieses te santifiqué, te di por profeta a las naciones”
Jeremías 1:5



Hemos de transmitir con espontaneidad el mensaje del evangelio a las naciones, empleando todos los recursos disponibles a nuestro alcance. Con respecto a los efectos del mensaje que se produzca en los corazones, Dios se encargará. Nuestro deber es transmitirlo...

“Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón”
Hebreos 4:12.



AL ESTAR CONSCIENTES DE ELLO...

Ø Renunciemos a nuestros planes personales, para que sean los de Dios los que se lleven a cabo.

Ø Sometámonos bajo su poder transformador; para que adquiramos convicciones y corazones sensibles a las necesidades del mundo.

Ø Sometámonos bajo su dirección constante para que no perdamos la visión de nuestra misión.

“Heme aquí, envíame a mí”
Isaías 6:8







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@JAlfredoLievano

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