lunes, 3 de octubre de 2016

EL OCASO DE LA SOBERBIA.


Llegará el momento cuando las grandes potencias políticas y económicas fundamentadas en la soberbia colapsen, cuando no puedan sostenerse a sí mismas y mucho menos puedan brindar ayuda a las naciones menos favorecidas.

“Maldito el varón que confía en el hombre, y pone carne por su brazo, y su corazón se aparta de Jehová. Será como la retama en el desierto, y no verá cuando viene el bien, sino que morará en los sequedales en el desierto, en tierra despoblada y deshabitada”
Jeremías 17:5-6.



Llegará el momento cuando toda soberbia sea humillada, cuando los ejércitos de la tierra que se consideran los dueños del mundo y de las voluntades se confronten con su debilidad.

“La altivez de los ojos del hombre será abatida, y la soberbia de los hombres será humillada; y Jehová solo será exaltado en aquel día. Porque día de Jehová de los ejércitos vendrá sobre todo soberbio y altivo, sobre todo enaltecido, y será abatido...     La altivez del hombre será abatida, y la soberbia de los hombres será humillada; y solo Jehová será exaltado en aquel día. Y quitará totalmente los ídolos.”
Isaías 2:12, 17-18.



Llegará el momento cuando al soberbio no le quedará más remedio que esconderse bajo las cavernas de la tierra y menospreciar todo aquello que consideró su seguridad.

“Y se meterán en las cavernas de las peñas y en las aberturas de la tierra, por la presencia temible de Jehová, y por el resplandor de su majestad, cuando él se levante para castigar la tierra. Aquel día arrojará el hombre a los topos y murciélagos sus ídolos de plata y sus ídolos de oro, que le hicieron para que adorase, y se meterá en las hendiduras de las rocas y en las cavernas de las peñas, por la presencia formidable de Jehová, y por el resplandor de su majestad, cuando se levante para castigar la tierra.
Isaías 2:19-21.



Llegará el momento cuando la “grandes civilizaciones” levantadas sobre las bases de la soberbia, la prepotencia, la corrupción, el engaño, la inmoralidad y la injusticia sean destruidas con el “dedo de Dios” para no levantarse más.

“Cuanto ella se ha glorificado y ha vivido en deleites, tanto dadle de tormento y llanto; porque dice en su corazón: Yo estoy sentada como reina, y no soy viuda, y no veré llanto; por lo cual en un solo día vendrán sus plagas; muerte, llanto y hambre, y será quemada con fuego; porque poderoso es Dios el Señor, que la juzga. Y los reyes de la tierra que han fornicado con ella, y con ella han vivido en deleites, llorarán y harán lamentación sobre ella, cuando vean el humo de su incendio, parándose lejos por el temor de su tormento, diciendo: ¡Ay, ay, de la gran ciudad de Babilonia, la ciudad fuerte; porque en una hora vino tu juicio! Y los mercaderes de la tierra lloran y hacen lamentación sobre ella, porque ninguno compra más sus mercaderías... Porque en una hora han sido consumidas tantas riquezas. Y todo piloto, y todos los que viajan en naves, y marineros, y todos los que trabajan en el mar, se pararon lejos; y viendo el humo de su incendio, dieron voces, diciendo: ¿Qué ciudad era semejante a esta gran ciudad?...    Y en ella se halló la sangre de los profetas y de los santos, y de todos los que han sido muertos en la tierra”
Apocalipsis 17:7-11, 17-18,24.



¡Ya está escrito!
Dios lo ha dicho.




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José Alfredo Liévano.

PENSEMOS EN DIOS
@JAlfredoLievano

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