sábado, 22 de octubre de 2016

¿VAMOS RUMBO AL CAOS MUNDIAL?


¿Qué le espera al mundo?...     De acuerdo a la Palabra de Dios, le espera juicio. La humanidad en su mayoría ha desechado las enseñanzas bíblicas y las ha pisoteado con actitudes deliberadas de maldad. Los hechos hablan por sí solos.

¡Es imposible! No pueden venir tiempos mejores si a Dios no se le toma en cuenta. Al mundo le esperan las consecuencias de sus acciones rebeldes. A medida que el tiempo avance, el caos mundial se irá incrementando; y es que un mundo sin Dios va encaminado a su destrucción.


¡Dios no cesa de advertir!

Lo hace por medio de sus mensajeros quienes con “Biblia en mano” presentan el plan de salvación por medio de Jesucristo y las consecuencias que vendrán en caso de rechazarlo. Dios no quiere que el mundo se pierda... “el cual quiere que todos los hombres sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad” (1 Timoteo 2:4); pero no puede imponer la salvación a quienes la rechazan abiertamente. Dios es infinitamente misericordioso, pero también es justo; y su sentencia es clara. “Asimismo el reino de los cielos es semejante a una red, que echada en el mar, recoge de toda clase de peces; y una vez llena, la sacan a la orilla; y sentados, recogen lo bueno en cestas, y lo malo echan fuera. Así será al fin del siglo: saldrán los ángeles, y apartarán a los malos de entre los justos, y los echarán en el horno de fuego; allí será el lloro y el crujir de dientes” (Mateo 13:47-50). Viene una tribulación de enormes dimensiones para aquellos que desecharon a Dios; y son palabras dichas por nuestro Señor Jesucristo.

Viene el tiempo en el que el injusto, el malo, el soberbio, el asesino, el ladrón, el que se entregó a los placeres ilícitos de la carne, el que alteró el orden natural establecido por Dios, el que se secuestró, el que torturó, el que se abandonó a toda clase de vicios, el que deshonró su matrimonio, el que quitó de su boca el pan de los pobres, el gobernante que desechó a Dios, el que se entregó a la idolatría y a la hechicería sea juzgado por Dios; viene tiempo de juicio para el que desechó el plan de salvación de Jesucristo y adoptó otro diferente. “Porque Jehová juzgará con fuego y con su espada a todo hombre...     porque yo conozco sus obras y sus pensamientos. Tiempo vendrá para juntar a todas las naciones y lenguas; y vendrán, y verán mi gloria” (Isaías 66:16,18). Escribe el apóstol Juan en el apocalipsis: “He aquí que viene con las nubes, y todo ojo le verá, y los que le traspasaron; y todos los linajes de la tierra harán lamentación por él. Sí, amén. (Apocalipsis 1:7).


¿Cuándo será todo esto?

Nadie lo sabe; lo que sí se sabe, es que las señales previas a este evento se están cumpliendo. Se oyen y se ven cosas que antes no sucedían, pero que se habían anunciado desde tiempos antiguos; por eso, es importante que los cristianos estemos “despiertos” haciendo la obra que nos ha sido encomendada, difundiendo el mensaje de Jesucristo a lo largo y ancho del mundo; ahora más que en otros tiempos tenemos los recursos tecnológicos  a nuestro alcance. Estamos viviendo en medio de tiempos muy difíciles y es nuestro deber estar conscientes de nuestra misión en medio de ellos.

Necesitamos asimilar correctamente las palabras de Cristo en nuestro interior para transmitirlas con convicción, compasión y valor en medio de un mundo hundido en la maldad. Necesitamos no avergonzarnos de nuestra identidad y de nuestra misión.  


¡Cristianos!

Nuestra prioridad fundamental es...
 ¡Difundir el mensaje de Cristo!

Somos “Lámparas encendidas” en la oscuridad.

“Estén ceñidos vuestros lomos, y vuestras lámparas encendidas; y vosotros sed semejantes a hombres que aguardan a que su señor regrese de las bodas, para que cuando llegue y llame, le abran en seguida. Bienaventurados aquellos siervos a los cuales su señor, cuando venga, halle velando; de cierto os digo que se ceñirá, y hará que se sienten a la mesa, y vendrá a servirles. Y aunque venga a la segunda vigilia, y aunque venga a la tercera vigilia, si los hallare así, bienaventurados son aquellos siervos. Pero sabed esto, que si supiese el padre de familia a qué hora el ladrón había de venir, velaría ciertamente, y no dejaría minar su casa. Vosotros, pues, también, estad preparados, porque a la hora que no penséis, el Hijo del Hombre vendrá”

Lucas 12:35-40.




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José Alfredo Liévano

PENSEMOS EN DIOS
@JAlfredoLievano

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