Dios es tu Padre.
No eres producto del azar.
Desde toda la eternidad, Dios el creador del universo, te predestinó
para hacerte conforme a la imagen de Jesucristo; te creó para ser tu Padre. “Porque a los que antes conoció, también los predestinó para
que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo, para que él sea el
primogénito entre muchos hermanos. Y a los que predestinó, a éstos también
llamó; y a los que llamó, a éstos también justificó; y a los que justificó, a
éstos también glorificó” Romanos 8:29-30.
Aunque te cueste comprenderlo es así; desde antes de nacer todo lo planificó y
lo echó a andar con sumo cuidado para que nada “quedara en el aire”. Eres su
diseño perfecto con planes específicos.
Dios es tu Padre.
Te cubre con su presencia real.
Su omnipotencia, omnisciencia y omnipresencia te envuelven ahora como si
fueras la única persona que existe sobre la tierra. Nada de ti ignora; conoce a
la perfección tu pasado, presente y futuro. Créelo y confiésalo: “Oh Dios eterno, tú me has examinado y conocido. Tú has conocido
mi sentarme y mi levantarme; has entendido desde lejos mis pensamientos. Has
escudriñado mi andar y mi reposo, y todos mis caminos te son conocidos. Pues
aún no está la palabra en mi lengua, y he aquí, oh Dios eterno, tú la sabes
toda. Detrás y delante me rodeaste, y sobre mí pusiste tu mano. Tal
conocimiento es demasiado maravilloso para mí; alto es, no lo puedo comprender” Salmo
139: 1-6. Donde estés y vayas la cobertura de tu Padre, el Dios
Altísimo te envuelve siempre. ¡No temas!
Dios es tu Padre
Te cuida precisamente ahora.
Su atención sobre ti es continua; como padre cuidadoso te instruye con
su Palabra para darte el consejo que necesitas, dirige tus pasos para que no
tropieces ni te desvíes y te protege de todas las estrategias inminentes de maldad
que te amenazan. “El Señor es mi pastor; nada me
faltará. En lugares de delicados pastos me hará descansar; junto a aguas de
reposo me pastoreará. Confortará mi alma; me guiará por sendas de justicia por
amor de su nombre. Aunque ande en valle de sombra de muerte, no temeré mal
alguno, porque tú estarás conmigo; tu vara y tu cayado me infundirán aliento. Aderezas
mesa delante de mí en presencia de mis angustiadores; unges mi cabeza con
aceite; mi copa está rebosando. Ciertamente el bien y la misericordia me
seguirán todos los días de mi vida, y en la casa de Jehová moraré por largos
días” Salmo 23. Confía en su
atención constante; no te dejará a la deriva. Él sabe dónde y cómo estás ahora;
dará la orden para que todo lo tengas en el tiempo exacto y en el lugar preciso
aunque todo lo tengas en contra de todo pronóstico.
Dios es tu Padre.
Cumplirá sus propósitos en ti.
Te creó para él; jamás permitirá que su diseño y su obra en ti se echen
a perder; y aunque hayas arruinado sus planes con tus malas decisiones y
acciones a lo largo toda tu historia pasada, su Gracia y su Misericordia se
mantendrán fieles contigo. Tienes la plena garantía que Dios te pondrá en su
plan original, te pondrá donde siempre debiste haber estado. Aplica para ti
esta promesa: “He aquí, yo estoy contigo, y te
guardaré por dondequiera que fueres, y volveré a traerte a esta tierra; porque
no te dejaré hasta que haya hecho lo que te he dicho” Génesis
28:15.
¡Dios es tu Padre!
No eres producto del azar... Te
cubre con su presencia real... Te
cuida precisamente ahora... Cumplirá
sus propósitos en ti.
“Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas
les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados. Porque
a los que antes conoció, también los predestinó para que fuesen hechos
conformes a la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos
hermanos. Y a los que predestinó, a éstos también llamó; y a los que llamó, a
éstos también justificó; y a los que justificó, a éstos también glorificó. ¿Qué,
pues, diremos a esto? Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros? El que
no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo
no nos dará también con él todas las cosas? ¿Quién acusará a los escogidos de
Dios? Dios es el que justifica. ¿Quién es el que condenará? Cristo es el que
murió; más aun, el que también resucitó, el que además está a la diestra de
Dios, el que también intercede por nosotros. ¿Quién nos separará del amor de
Cristo? ¿Tribulación, o angustia, o persecución, o hambre, o desnudez, o
peligro, o espada? Como está escrito: Por causa de ti somos muertos todo el
tiempo; somos contados como ovejas de matadero. Antes, en todas estas cosas
somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó. Por lo cual estoy
seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni
potestades, ni lo presente, ni lo por venir, ni lo alto, ni lo profundo, ni
ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo
Jesús Señor nuestro”
Romanos
8:28-39
-----------.
PENSEMOS
EN DIOS
Facebook:
Twitter
@JAlfredoLievano
-----------------------------------
No hay comentarios:
Publicar un comentario