Cuando te recuerden...
Que sea por lo
que Dios hizo en ti;
y no por lo que tú hiciste por él.
Todo lo bueno
que puedes hacer o decir se debe a la Gracia incondicional de Dios sobre tu
vida; el apóstol Pablo testifica de ello...
“Pero
por la gracia de Dios soy lo que soy; y su gracia no ha sido en vano para
conmigo” 1 Corintios 15:10. Comprende
que los frutos de tu vida cristiana son una “huella imborrable” de la obra que
Dios hace EN ti y POR medio de ti...
¡No lo olvides!
¡El mérito no es tuyo!
Es la presencia
y la acción del Espíritu Santo en tu interior lo que hace posible que otras
vidas sean impactadas... ¡No tú!
Lo que hagas
para Dios dejará frutos permanentes por su acción en ti. Tienes el enorme privilegio que Dios te haya
elegido con ese propósito... “No me elegisteis vosotros a mí, sino que
yo os elegí a vosotros, y os he puesto para que vayáis y llevéis fruto, y
vuestro fruto permanezca” Juan 15:5.
Abandónate bajo la acción sobrenatural del Espíritu
Santo.
Reconoce tu
necesidad absoluta de Dios, abandónate bajo la acción sobrenatural de su
Espíritu; será así como todas las áreas de tu vida serán revitalizadas con su
poder.
Es importante que
tu mente sea iluminada con las verdades eternas reveladas en la Biblia... Que tu corazón se sensibilice ante las
necesidades de tu prójimo... Que tu voluntad experimente del deseo
espontáneo de vivir en obediencia radical a la Palabra de Dios... Que tu voluntad experimente del deseo
espontáneo de difundir el mensaje de Jesucristo por todos los medios posibles a
tu alcance. ¡Es importante que vivas
para lo que Dios te diseñó y te trajo al mundo!
¡No lo olvides!
¡El mérito no es tuyo!
Cuando te recuerden...
Que sea por lo
que Dios hizo en ti;
y no por lo que tú hiciste por él.
“Es necesario
que él crezca, pero que yo mengüe”
Juan 3:30
--------------------------
José Alfredo Liévano.
-------------------------
PENSEMOS
EN DIOS
Blog:
Facebook:
Twitter:
@JAlfredoLievano
--------------------------
No hay comentarios:
Publicar un comentario