Las intervenciones de Dios
son repentinas.
Sí... ¡Son repentinas!
Cuando menos las esperas,
suceden.
Cuando ya no hay
posibilidades.
No le pongas límites al poder soberano de
Dios.
¡Cree y espera en él!
Aunque todos
den por perdido tu caso, para Dios no lo está.
Las cadenas que
tú no puedes romper... ¡Dios las
romperá!
Aquellas
pesadas puertas que no puedes abrir...
¡Dios las abrirá!
Todas las
acciones injustas en tu contra serán revertidas... ¡Dios te hará justicia!
De un momento a
otro tu situación cambiará radicalmente.
Todos verán
como inverosímil lo que Dios hará a tu favor... ¡Sin embargo, lo comprobarán!
Algo
irrealizable... ¡Pero lo tendrán ante
sus ojos!
Mira lo imposible desde otra perspectiva...
Míralo bajo la óptica de la fe.
“Es, pues, la
fe la certeza de lo que se espera,
la convicción
de lo que no se ve”
Hebreos 11:1
Dios ya tiene
prevista esa acción “casual” y repentina...
Su Poder, Soberanía
y Justicia se inclinarán a tu favor; no porque lo merezcas, sino por los
méritos de Jesucristo.
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José Alfredo Liévano.
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