HUMILDAD ES...
Reconocer
delante de Dios nuestra condición pecaminosa reincidente; que en nuestras
fuerzas somos incapaces de detenerla.
Reconocer
que nada ni nadie nos puede justificar delante de Dios; únicamente Jesucristo, por medio de su sacrificio expiatorio en la cruz.
Reconocer
que somos necesitados del perdón liberador de Dios y de su sanidad restauradora.
HUMILDAD ES...
Pedirle
perdón a Dios por los pecados que a diario cometemos con el pensamiento, palabras
y acciones.
Vivir
cada día dependiendo de la Gracia incondicional de Dios, de su Misericordia
infinita, de su Poder restaurador y de su Soberanía incuestionable.
Vivir agradecidos
con Dios por sus bendiciones inmerecidas; las pasadas, presentes y futuras.
“¡Cómo me alegro en el Señor!
Me lleno de gozo en mi Dios,
porque me ha brindado su salvación,
¡me ha cubierto de victoria!”
Isaías 61:10
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José Alfredo Liévano.
MINISTERIO
PENSEMOS EN DIOS.
Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
¡Hasta lo último de la tierra!
“Porque así nos ha mandado el Señor, diciendo: Te he
puesto para luz de todas las gentes, a fin de que seas para salvación hasta lo
último de la tierra”
Hechos 13:47.
Usa tus redes sociales para ese propósito...
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