martes, 19 de septiembre de 2017

AY, AY, AY, DE LOS QUE MORAN EN LA TIERRA. (Apocalipsis 8:13)


La NECEDAD y la VANIDAD del ser humano ha llevado al mundo hacia una situación degradante y altamente peligrosa; las evidencias se demuestran en la sociedad presente que inevitablemente va encaminada hacia su destrucción.

El corazón necio del hombre se ha endurecido por el engaño del pecado y de la vanidad ilusoria; su NECEDAD persiste a pesar de las diversas y constantes advertencias de Dios que cada vez son más claras.

¡Atención a las advertencias de Dios!
¡Arrepintámonos!

“¿Quién os enseñó a huir de la ira venidera? Haced, pues, frutos dignos de arrepentimiento...     y ya también el hacha está puesta a la raíz de los árboles; por tanto, todo árbol que no da buen fruto es cortado y echado en el fuego
Mateo 3:8,10

Respetad a Dios, y dadle gloria,
porque la hora de su juicio ha llegado
Apocalipsis 14:7

Dios no envía el dolor y el sufrimiento al mundo, es el necio quien lo provoca al no seguir los lineamientos establecidos por Dios. Todo lo que está pasando ahora, a eso de debe...     ¡Son consecuencias!




DIOS LE ADVIERTE A UN MUNDO NECIO Y VANO.

Le está llamando la atención para que considere sus caminos, para que comprenda que el dolor y el sufrimiento se deben a la rebeldía deliberada que la humanidad ha propiciado, para que se arrepienta de su maldad y se produzca una genuina conversión.

Entiéndase bien...     ¡Únicamente por medio del arrepentimiento genuino y generalizado es como los juicios de Dios se detendrían!...     ¡No hay otra forma!




SIN EMBARGO...
LA HUMANIDAD HA CAUTERIZADO SU CONCIENCIA.

Lo triste del caso es   que el mundo, lejos de escarmentar por las situaciones que vive, se envuelve y se embadurna cada vez más en el pecado, en los deleites pecaminosos, en la inmoralidad, en las vanidades, en la corrupción y en todas las formas de maldad…

Veamos en el libro del Apocalipsis la situación futura del mundo, cuando los juicios divinos estén cayendo con todas sus fuerzas...     ¡Es impresionante!

El cuarto ángel derramó su copa sobre el sol, al cual fue dado quemar a los hombres con fuego. Y los hombres se quemaron con el gran calor, y blasfemaron el nombre de Dios, que tiene poder sobre estas plagas, y no se arrepintieron para darle gloria. El quinto ángel derramó su copa sobre el trono de la bestia; y su reino se cubrió de tinieblas, y mordían de dolor sus lenguas, y blasfemaron contra el Dios del cielo por sus dolores y por sus úlceras, y no se arrepintieron de sus obras
Apocalipsis 16:8-11


Todo lo que está pasando ahora son advertencias de Dios para dejar el pecado; tomémoslas en serio, estamos a las puertas de situaciones aún más dolorosas.

“¡Ay, ay, ay, de los que moran en la tierra!”
Apocalipsis 8:13




AUN ESTAMOS A TIEMPO DE ESCAPAR.
Atención a la advertencia de Cristo.

Mirad también por vosotros mismos, que vuestros corazones no se carguen de glotonería y embriaguez y de los afanes de esta vida, y venga de repente sobre vosotros aquel día.  Porque como un lazo vendrá sobre todos los que habitan sobre la faz de toda la tierra. Velad, pues, en todo tiempo orando que seáis tenidos por dignos de escapar de todas estas cosas que vendrán, y de estar en pie delante del Hijo del Hombre
Lucas 21:34-36




EXPERIENCIA IMPRESIONANTE.
(No deje de leerla...)

Quiero compartirles una experiencia personal e impresionante que tuve esta madrugada; por lo general, eso no me acontece a menudo...

A las 3:23 am, una voz muy clara me despertó diciendo...     “¡Ay de la ciudad!”.  Eso fue todo lo que escuché.

¿A qué ciudad se refiere?...      ¡No lo sé!
¿Qué sucederá?...     ¡No lo sé!
¿Cuándo sucederá?...     ¡No lo sé!

De lo que sí estoy seguro es que se trata de un lamento del cielo por algo relevante y doloroso que va a suceder, y que dejará marcado el corazón de las personas.

Mi reacción ante este lamento fue orar. Minutos más tarde, me puse a reflexionar en la Sagrada Escritura, y el Señor me llevó al texto del apocalipsis que dice así...     ¡Ay, ay, ay, de los que moran en la tierra! (Apocalipsis 8:13)

En ningún momento deseo transmitir palabras fatalistas, ni palabras que sean fruto de mi suposición; pero  sí aquellas que estén respaldadas por la Palabra de Dios.

¡Atención a las advertencias de Dios!
¡Arrepintámonos!






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José Alfredo Liévano.

MINISTERIO
PENSEMOS EN DIOS.
Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
¡Hasta lo último de la tierra!

“Porque así nos ha mandado el Señor, diciendo: Te he puesto para luz de todas las gentes, a fin de que seas para salvación hasta lo último de la tierra”
Hechos 13:47.


Usa tus redes sociales para ese propósito...

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1 comentario:

Sara Muñiz dijo...

AMADO DE MI DIOS... GRACIAS POR DEJARSE USAR LEI ESTO AYER Y A LAS DOS HORAS LA CD. DE MEXICO COLAPSO DERRUMBES CON UN TERREMOTO... ESTAMOS DE ALERTA ROJA ....CUANDO TERMINE DE LEER SOLO PENSE NO ES CASUALIDAD QUE YO ESTE LEYENDO ESTO ... HAY NO PARA MEXICO NOOOOOO.... PERO LAMENTABLEMENTE LA IDOLATRIA SANGRE DERRAMADA INICENTE CON SECUESTROS CARTELES ...MALDAD MALDAD Y MALDAD DE MI PAIS... YA NO SE SEPORTA ... SE QUE HAY LLAMA DE FUEGO ...SAETAS EN MANO DE VALIENTE ESPERANDO ...PARA PREDICAR LAS NUEVAS DE SALVACION, ULTIMA LLAMADA....SEGURAMENTE


GRACIAS BENDICIONES...

SARA MUÑIZ