AL DIGERIR LA PALABRA DE DIOS.

Siempre que nos dispongamos a leer la Palabra de Dios, pidámosle en oración que nos dé la capacidad para digerirla y aplicarla a nuestro diario vivir.

AL DIGERIR LA PALABRA DE DIOS.

Nuestra vida, en todas sus áreas es transformada por su acción sobrenatural.

“Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón”

Heb. 4:12

Su acción viva y eficaz hace que nuestra razón adquiera convicciones permanentes en su contenido, que nuestros pensamientos se mantengan enfocados en Jesucristo; hace que los sentimientos de egoísmo e indiferencia se transformen en sentimientos de amor genuino y generosidad espontánea; hace que la voluntad se sienta impulsada a proceder conforme a las enseñanzas de Jesucristo y a rechazar toda forma de pecado.

Al digerir la Palabra de Dios, no será una carga pesada poner en práctica el siguiente consejo:

 “Sed todos de un mismo sentir, compasivos, amándoos fraternalmente, misericordiosos, amigables; no devolviendo mal por mal, ni maldición por maldición, sino por el contrario, bendiciendo, sabiendo que fuisteis llamados para que heredaseis bendición.

Porque:

El que quiere amar la vida y ver días buenos, refrene su lengua de mal, y sus labios no hablen engaño; apártese del mal, y haga el bien; busque la paz, y sígala”

1 Pedro 3:8-11

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José Alfredo Liévano.

MINISTERIO

PENSEMOS EN DIOS.

Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

¡Hasta lo último de la tierra!

“Porque así nos ha mandado el Señor, diciendo: Te he puesto para luz de todas las gentes, a fin de que seas para salvación hasta lo último de la tierra”

Hechos 13:47.

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